Los granos maduros son recolectados manualmente por recolectores de la región. Al llegar a la planta de beneficio el café se somete a un lavado para retirar la suciedad y hojas que traiga del cultivo, así como la clasificación por agua para retirar granos verdes y flotantes. Allí, los granos son sometidos a un proceso de fermentación controlada durante 20 horas en un tanque de acero inoxidable. Finalizado este proceso los granos son despulpados en nuestra máquina de especialidad y depositados en un tanque de acero inoxidable para ser sometidos a otro proceso de fermentación controlada con mucílago durante 26 horas. Para finalizar, el café se elevó a la marquesina sobre el beneficiadero, donde es secado lentamente por aproximadamente 20 días hasta obtener una humedad adecuada entre 10 y 12.